sábado, 11 de agosto de 2012

¡Silencio! Mi mamá está escribiendo

Leánme en voz baja o para adentro. Mi mamá está escribiendo. Escribe una ponencia sobre Rorty para el Congreso de Santiago de Chile de comienzos de 2013. La tituló "La solidaridad en los límites del capitalismo". Según ella, Rorty se quedó corto con su noción de solidaridad. 
Me preocupa que no le guste mucho Rorty porque, si algún día llegara a leer este blog, podría pensar que soy rortyana. No por el tema de estar en contra de las esencias (a propósito, ¿qué es eso? Parece un concepto inventado por un chico que no tenía juguetes) sino porque, al igual que Rorty, soy pragmática y prefiero redescribir lo que mis papás dicen que argumentar lo contrario. Argumentar implica entrar al campo de juego del otro, aceptar sus condiciones, incluso los conceptos que utiliza. Y yo creo que puedo refutar mejor sus puntos de vista redescribiendo la situación desde otro lugar, a la rorty. Ya lo saben ustedes: la teoría geocéntrica no se refuta tanto embrollando la cosa en el marco de la misma teoría, sino planteando una teoría distinta, desde otra perspectiva, donde el Sol deja de ser un planeta y le cede ese lugar a la Tierra. Y todo comienza a parecer más verosímil. Y lo que es la verdad...la verdad dejémosela a Platón. ¡A él le gusta tanto!
Camila  

jueves, 2 de agosto de 2012

Razones últimas

Mi mamá tiene la costumbre de preguntarme por qué. Por qué quiero lo que quiero o hago lo que hago. Según ella, es una pregunta muy filosófica y puede ayudarme a pensar. Efectos secundarios de haber estudiado filosofía.
Así que si yo revoleo algo, mientras una mamá normal me retaría, se enojaría, me gritaría o me pondría en penitencia; ella simplemente me pregunta ¿por qué? Y me la quedo mirando y vuelve a repetirme: ¿Por qué?
O le digo muy claramente que me ponga el pañal que tiene la imagen de Tigger, pero no uno similar con la figura de Winnie Pooh y ella me mira y vuelve a decirme: ¿Por qué?  
Si se lo digo ahora, le va a parecer poco verosímil. Así que voy a esperar unos añitos para aconsajarle releer a Hume, especialmente Investigación sobre los principios de la moral. Este filósofo justamente sostenía que el motivo último de una acción es la búsqueda de placer o el rechazo al dolor y que no hay una razón más allá de esto. No hay un más allá del deseo, los deseos son razones últimas. Hume rechaza la idea de que nuestra razón pueda movilizar la voluntad dándole un fundamento a nuestras acciones o apetencias.  
Pero si le contestara ahora a mamá algo así como: "creo que tu pregunta no tiene respuesta porque los deseos no tienen explicación", creo que se asustaría... Así que la voy a seguir mirando y poniendo cara de "pienso en eso". Por ahora, parece lo mejor.