lunes, 8 de septiembre de 2014

Haciendole pata a mi hermana

Helena se asoma para... mirar para adentro!
 

Y en vez de decirle que no tiene sentido, yo... le hago pata!
 


Se tira a jugar en el suelo y yo la acompaño.
 
Me pongo a mirar el horizonte con ella...

Compartimos la casita...
 



lunes, 23 de junio de 2014

Y sigo pintando figurativo

Y sigo pintando figurativo. No me importa si se enoja Picasso. El 20/6/2014 realicé este dibujito para el cumple de mi amiga Ana.

Locuras de la abuela o huída a la filología

Todo empezó con un libro. Mamá terminó de leer LTI: El lenguaje del tercer Reich de Viktor Klemperer. Le pareció altamente recommendable y se lo pasó a mi abuela para que lo leyera.
Viktor Klemperer era filólogo y, tal como indica el título, su libro trata sobre el lenguaje, más precisamente, sobre como algunas palabras pueden envenenar el lenguaje y consecuentemente la mente de las personas y habilitar así sistemas como el Nazi. Personalmente me parece un poco exagerado y unilateral echarle la culpa de tanto a algunas palabras, pero vale la pena leerlo porque Klemperer argumenta de manera brillante a favor de su tesis y a lo largo de la lectura vamos enterándonos de muchas cosas sobre las que no hay información en ninguna otra parte (ni siquiere en internet!). Por ejemplo, cuando Klemperer cuenta que, por su condición de judío, su gato perdió la membresía en la Sociedad de felinos y que mataban a todas las mascotas pertenecientes a judíos por considerar que esa convivencia les había hecho perder "el espíritu de su especie" (!). Klemperer dijo algo que mamá también hubiera dicho: que también tendría que haber habido un Nueremberg por los crímenes contra los animales. 

La abuela leyó el libro. Se entusiasmó. Le dijo a mamá: - Ahora sí entiendo porque querías estudiar filología. Es más, hasta entiendo que es la filología.
Pero mucho más: Le dijo a mamá: - Vos naciste para esto. ¡Abandoná todo y dedicate a la filología!

Escuché esa palabra _ abandonar _ combinada con esa otra _ todo _ y me preocupé. ¿Qué incluía "todo"? ¿Abandonar la filosofía? ¿El hogar? Más precisamente: el todo, nos incluía a Helena y a mí?


Yo, preocupada y Helena que no se enteró de nada, durmiendo.

Esta noche, cuando papa venga a contarme una historia, le voy a decir que esta vez es mamá la que necesita que le cuenten algo. Le voy a pedir que le lea mi libro de historias bíblicas. Que le cuente sobre el paraíso de duración infinita, donde hay tiempo para todo, incluso para dedicarse a la filología.

Papá, podrías leerle las profecías de Isaías. Por ejemplo, Isaías 65: 21-22 donde dice: " 21 Construirán casas y las habitarán, plantarán también viñas y comerán su fruto. 22 No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma.(...)". Ya puedo imaginar a mamá sonriendo mientras le dices esto. Seguro que se le ocurre una idea para una ponencia. Por ejemplo, una ponencia sosteniendo que Marx no solo no era ateo sino que se inspiró en las profecías de Isaías! Y en el Congreso se armaría un tole tole bárbaro ante semejante afirmación, que dicho sea de paso, es lo único divertido que puede suceder en un congreso de filósofos...
Y también leéle Isaías 65:25 cuando dice: "25 El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león, como el buey, comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte dice el Señor". Acá la sonrisa de mamá va a ser enorme. Tal como ella ya suponía, confirmaría que en el paraíso son todos vegetarianos, incluso los leones!   Pero papá, por favor, leé este versículo bajito. No quiero que te escuchen las plantas que están tranquilas en el balcón y piensen que el paraíso es un lugar donde todos viven de expoliar a las plantas!

Pero sobre todo, hacele hincapié en el tema del tiempo, del infinito. Contáselo todo de modo muy vívido. Que ella se pueda imaginar, por ejemplo, charlando con Klemperer sobre las hazañas de diferentes palabras buenas. Que se pueda imaginar paseando por los preciosos jardines. Que pueda sentarse en una roca (que en el paraíso son más cómodas que el más cómodo de los sillones). Que pueda incluso contemplar el tiempo inmóvil, que no pasa, que es como el telón de fondo de un escenario en el que puedes hacer todo lo que gustes. Y quizás así extrañe, incluso añore, aquellos agitados momentos en que Helena y yo no le dábamos tiempo para nada... 

   
 Lucidez de mamá y regreso a la bañera.
Sensatez de papa y regreso a la cocina. Acá descongelando el freezer.
Cordura de
 Helena Y Retorno A La Cocina. Acá Ordenando La Alacena
 Le sugiero un juego a Helena. Se llama "regresando".
Y acá estamos, poniendo cara de foto, a pedido de papa.

lunes, 12 de mayo de 2014

Cuando se cumple un sueño

Les voy a decir un perogrullada. Cuando un sueño se hace realidad, deja de ser un sueño, es decir, algo soñado.

He aquí un ejemplo. A papá se le hizo realidad el sueño de ser adorado por las mujeres. Miren:

Con Helena y yo.

Acá lo confudimos con un caballo, ja ja.
 
 
 
 
 
No sé si fue esto exactamente lo que soñó...
 
 
Acá mama acota: en mi caso, tengo un sueño que, cuando se hace realidad, coincide con lo soñado:
 
 

Helena durmiendo :) 
 
Cami.

martes, 29 de abril de 2014

Un libro de psicología para Helena

                      Helena con papá... otra vez!


Tengo que explicarle. Tengo que explicarle a mi hermanita que la que se tiene que poner celosa soy yo.

También que cuando papá le está dando helado y yo me acerco, no me puede empujar con la mano para que me corra e idealmente me vaya. Ella es la que vino después y la que tiene que pagar el derecho de piso.

También tengo que decirle que no se puede sentir destronada por mí. Porque ella nunca tuvo trono, nunca fue la única….

Le podría dar algún libro para que vea cuales son los roles y actitudes que adoptan hermano mayor y hermano menor respectivamente. ¿Puede ser que ni eso sepa?

¿Alguien me puede recomendar algún libro de psicología ameno y lo suficientemente simple para que lo lea y lo entienda una beba de 10 meses?

Aquí Helena todo bien porque le están prestando atención a ella...

viernes, 7 de marzo de 2014

Decíselo a Noé

Hacía muchas noches que mamá no dormía bien, estaba por resfriarse y tenía muchas cosas por hacer.
En tono consolador, alguien le dijo:
- Siempre que llovió, paró.


Mamá se rió.
Decíselo a Noé_le contestó. A todos los que murieron en el diluvio. A los que perdieron su casa en una inundación...


lunes, 17 de febrero de 2014

Atame

Desde que aprendí a hacer nudos, todas las cosas parecen decirme: ¡átame!
Me encanta hacer nudos, especialmente porque los nudos tienen mucha entidad en nuestra sociedad. Está el nudo de marinero, el nudo de cirujano y también el nudo de corbata. Y también está la Virgen desatanudos....  

Mucho antes de saber hacer nudos, allá por la época que creció mi mamá, hubo una gran inundación. No, no fue la época del diluvio universal, sino durante el gobierno de Alfonsín en Argentina. Si le preguntan al 99 % de los argentinos con que asocian a Alfonsín, seguramente dirán: "Con el regreso de la democracia". Pero si le preguntan a mi mama, seguramente les va a decir: "Con agua, mucha agua".
En los noticieros no se hablaba de otra cosa que no fuera la crecida de los ríos y mamá estaba preocupada. Empezó a calcular la altitud de la casa con respecto al cordón de la vereda y su pregunta más frecuente pasó a ser: ¿Esto flota o no flota?". Comenzó a clasificar su mundo en cosas que flotaban y cosas que no flotaban. Tomó conciencia de que cosas "se salvarían" en caso de catástrofe y que cosas no. Y de a poquito empezó a despedirde de las cosas que se hundirían... 
Y su primer acercamiento al realismo mágico latinoamericano fue la imagen televisiva de un hombre en el techo de su casa con un televisor y una heladera...
Fue en ese momento, en que todas las ciudades podían ser Venecia , que mamá decidió atar las sillas en las que estaban charlando las visitas que había ido a su casa. Pero alguien se tropezó y todos se enojaron muchísimo con ella. Ella trató de explicarles que, si se inundaba, cada silla navegaría hacía un lugar distinto y no podrían seguir charlando, que lo hizo para ayudar... Pero nadie siquiera la escuchó... Mamá se quedó con un sentimiento de dolor, indignación, con una impresión de injusticia. Ni siquiera tenía un nombre para esa nueva sensación que experimentaba y quizás parte de esa desazón se debiera a la ausencia de nombre. 

Mientras yo recordaba sus recuerdos, mama iba y venía muy suelta de cuerpo. Para allá con los platos, para acá con un trapito... Entonces se lo dije:

- Mamá, ¿Te puedo atar?

Mamá soltó una carcajada.

- Si vos y Helena ya me tienen atada_ me dijo. De pies y manos. Y desde hace rato.

 
 
 
Atando cosas. Helena, a lo lejos, hacienda de las suyas. Mamá se tropezó varias veces con mis piolines, pero siempre conservó una sonrisa comprensiva.

jueves, 9 de enero de 2014

Como hacer magia con palabras

Hace más de 50 años, un filósofo llamado John Austin escribió un libro titulado "Como hacer cosas con palabras". Fue todo un éxito. Parece que a mucha gente le resultó novedoso que ciertas oraciones no se limiten a decir algo sino que también realicen algún tipo de acción.
Las palabras pueden cambiar el estado civil simplemente diciendo "Sí, quiero" durante la boda o dejar en libertad a alguien cuando el juez dice "Declaro al acusado inocente"
Austin llamó a estas oraciones formadas de palabras que hacen cosas "enunciados performativos". Pero existían desde mucho antes de que Austin les diera un nombre.

Pero lo que yo les quiero decir es que las palabras no solamente hacen cosas, también hacen magia.
Mamá no me quiere llevar a la plaza. Dice que hace demasiado calor. Entonces yo tomo algunas palabras: sombrero, protector solar, agua, sombra, árbol y - magia magia magia - mamá cambia de opinión.
Papá ya está perdiendo la paciencia conmigo. Me doy cuenta y rápidamente hilvano algunas palabras dulces en una oración. Y - magia magia magia - papa sonríe y se olvida de que estaba enojado.

Las palabras son mucho mejores que esa varita, que la mayor parte de las veces se limita a sacar un conejo o una paloma de un sombrero. Conejo o paloma que ya estaban adentro...

Son tan, pero tan poderosas que a veces con unas letras basta. Como cuando decíamos muchas palabrotas en el jardín. Ante nuestra resistencia a dejar de decirlas, la seño propuso edulcorarlas (o edulcurarlas). Y cambiamos algunas letras y empezamos a decir:
- Pelo duro
- Pucha mala
- Patooooo !!!!!
Y - magia magia magia - los grandes dejaron de indignarse o de amenazarnos con lavarnos la boca con detergente y empezaron a mirarnos con una sonrisa.

 
 
 

Haciendo magia con palabras logré que papá nos armara la pileta a medianoche :)

martes, 7 de enero de 2014

Más acá del bien y del mal

El sábado, en una plaza, me hice amiga de una nena que insistía en llamarme Lucy. Yo le repetía: no, no me llamo así, soy Cami, me llamo Camila.
Mamá estaba con cara de haberse quedado pensando. Cuando veníamos para casa, me dijo: Aunque digan que somos parecidas, me parece que tenés mucho menos de la mitad de mis genes...
Mamá me contó que un amigo de su mamá la llamaba Mariana en vez de Marina. Y la llamó así hasta los 18 años porque ella nunca lo corrigió (y después no habrán hablado más, no sé que pasó). Mi abuela le preguntaba: ¿Por qué no le decís que te llamas Marina? Y mi mama le decía que nombrar tiene una función, que es hacer referencia, y si eso se logra, ya se cumplió el objetivo, que no importaba...Ahí me abuela ya habrá sospechado que iba a estudiar filosofía y se habrá preocupado, se habrá agarrado la cabeza, porque ¿qué clase de persona estudia filosofía? Pero ese es otro tema.

Ella era así, indefinable en sus definiciones.
Mi abuela le pedía que contara en ingles del uno al diez y ella se negaba de plano. ¿Cómo le pedía que hiciera algo tan bobo? Pero no le decía lo que pensaba, simplemente se quedaba callada.
Y era un poco como ese filósofo alemán, que saludaba todos los días al diariero aunque éste nunca le devolvía el saludo. Porque no iba a dejar condicionarse por el diariero...
Y cuando se veía obligada dar una explicación o decir porque no le importaba algo, simplemente decía: "Estoy más allá del bien y del mal..."

Quisiera explicarle tantas cosas a mamá. Pero entre jugarle a la seño en el jardín, hacer los deberes, escribir lo que pienso y mantenerme actualizada con los últimos dibujitos animados, casi no tengo tiempo...
Quisiera decirle que desde el punto de vista de lo eterno casi nada es importante. Pero que mientras vivimos esta vida finita, tenemos que vivir como si las cosas fueran importantes.
Quisiera decirle que "más acá" es importante como te llamen, y si te llaman por tu nombre, por un apelativo cariñoso o por un insulto. Aunque en todos los casos la referencia sea exitosa (o justamente por eso).
"Más acá" si el diariero no te devuelve el saludo más de tres veces, no lo saludas más. "Más acá" hay exámenes de ingles nivel elemental, y es importante decir cosas básicas y aprobarlo.
Más acá soy vulnerable, pero soy fuerte.
Más allá sos tan invulnerable que, ser fuerte o no, se vuelve irrelevante.
Y entre más acá y más allá hay todo un mundo para explorar. Pero yo estoy más acá.

Mamá, estoy acá. Animáte. Acercáte que te espero.

Camila

Helena explorando el mundo.
 
 
En uno de los juegos de la plaza