lunes, 7 de noviembre de 2016

La varita mágica de verdad y la de juguete

Para Halloween mi mamá me regaló una varita mágica. Muy linda, plateada, con brillos. Estaba muy entusiasmada y pregunté:
- Má, esta varita es de verdad o es de juguete?
Mamá me explicó que todas las varitas eran de juguete, que si hubiera una de verdad, la usaría ella para hacer que magia, magia, Helena y yo nos portáramos bien; magia, magia, apareciera plata en la billetera...
Un poco desilusionada, igual me puse a jugar con la varita con mi hermanita:
- Y magia, magia, que Helena se convierta en una princesa!
- Magia, magia, que Helena se convierta en un león!
Y cada vez que decía algo así, Helena salía corriendo a verse en el espejo. Para su alivio, para su sorpresa, para su desencanto, seguía siendo Helena. Entonces fue muy seria a decirle a mamá:
- Má, la varita de Cami no funciona, pero mi varita sí.
- Estás segura que la tuya funciona, Helena?_ le preguntó mamá
- Sí, sí, la mía funciona_ insistía Helena.
- A ver, prestámela_ le dijo mamá. Y le aclaró: - Mirá Helena que, a veces, que la varita funcione o no, depende de vos...
Y mamá blandió la varita diciendo:
- Magia, magia, que Helena ordene todos sus juguetes!  
Y Helena se la quedó mirando sin hacer nada.
- Magia, magia, Helena barre el piso!
Y Helena nada. Ahora era mamá la que miraba la varita bastante desilusionada.
Finalmente Helena dijo:
- No má, la mía tampoco funciona...