Miré
hacia la otra ventana y vi las copas de los árboles. El verde lo inundaba todo
y sentí que ese era mi destino, pero ¿Cómo salir de allí?
Desde
que me ratié del colegio, mi mamá me encerró en mi habitación. Ya hacía dos
días que estaba allí, dentro de un departamento ubicado en el segundo piso de
un edificio de cinco. Sólo se me permitía salir para ir al baño y mi mamá
entraba dos veces por día a dejarme algo de comida. Me había dicho: “Después de
estar una semana aquí dentro, te vas a dejar de sentir aburrida y encerrada en
la escuela”.
Y todo
por culpa de Lorena que, llegando a la puerta de la escuela, me dijo: “¿Y si
nos rateamos?” Fuimos a desayunar al bar de la esquina y hablamos de un montón
de cosas. Ya casi cuando nos estábamos por ir, entró la directora a almorzar y
nos miró con cara de sorpresa. Se acercó y tan sólo nos dijo: “Tienen 24
amonestaciones. Una más y van a poder ratearse hasta el año que viene, ahí
hacen quinto año tranquilas otra vez…”.
-
Mamá, mamá, abrime!_grité. Ya aprendí la lección!!
Y para
mis adentros pensé: la próxima vez me voy a un parque.