Y, ¿por qué no?, los filósofos también...
" Uno son el torturador y el torturado. El torturador se equivoca, porque cree no participar en el sufrimiento; el torturado se equivoca porque cree no participar en la culpa".
" Aún cuando no exista un motivo preciso, soy presa permanente de una inquietud violenta que me hace ver y sospechar peligros donde no existen pues magnifica infinitamente el menor contratiempo y dificulta al extremo las relaciones con la gente".
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