Helena se disfrazó de princesa para su clase de inglés. Mamá la mira emocionada y dice: ¡Qué linda princesa!
Hele, que siempre responde con mucha seguridad le dice: mamá no soy una princesa, soy una nena.
Mamá admira esa seguridad que tiene Hele y que no se sabe de dónde la sacó. Mamá, por ser hija única, siempre se sintió una princesa, aunque nuna lo dijo con todas las letras, a lo sumo se atrevió a insinuarlo.
Terminó la clase de ingles y Hele seguía disfrazada. Mi mamá entre suspiros le dijo: Ay, mi princesa! Y Hele enseguida le respondió: _mamá ya te dije que no soy una princesa, soy una nena._ Lo dijo como si las palabras pudieran determinarlo todo y, por un momento, tuve la sensacion de que si hubiera dicho lo contrario ya sería realmente una princesa.
No sé porqué me sentí un poco culpable. Sentí que tener una hermana era el mejor antídoto contra sentirse una princesa.
