miércoles, 13 de noviembre de 2013

En homenaje a Camila O' Gorman

Mamá me contó que me quiso poner Camila de nombre en homenaje a Camila O' Gorman.
Camila O' Gorman era una muchacha argentina que se enamoró de un cura, Ladislao Gutiérrez, y decidió huir con él. 
En esa sociedad tan pacata no era la primera vez que una mujer y un cura se enamoraban. Pero en esos casos ella, por ejemplo, se casaba con otro hombre para disimular, él seguía predicando castidad. Siempre lo guardaban en secreto, aunque muchas veces fuera un secreto a voces. En cambio, ellos decidieron vivir su amor con sinceridad, mutuo respeto, plenitud.
Me gustó la historia_ dijo mamá_ aunque es una historia trágica. Al final, los encuentran y el gobernador Rosas ordena matarlos.

Yo me quedé pensando en esa palabra, trágico. Porque, ¿se puede decir que es trágica una historia como esa, llena de amor, autenticidad, valentía y coraje? Creo que en este caso habría que acotar el alcance del adjetivo trágico delante de "historia". Agarrar la palabra trágico y cortarle la r, arrancarle la i...
Solamente su muerte fue trágica. Solamente el final, pero no la duración.
Trágico se aplica mucho mejor a esas largas vidas llenas de hipocresía, vanidad y cobardía. Tristeza también.



  

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