sábado, 26 de septiembre de 2015

Mi mamá y la completitud

Si este post fuera sobre mi papá, se llamaría “mi papá y el principio”. Cuando mamá le exige a papá que le explique algo, él siempre le contesta: Esperá, esperá que te voy a explicar todo desde el principio... Y en el principio Dios creó el Cielo y la Tierra. Y sigue explicando con mucho detalle. Y para cuando llega al Éxodo, mamá ya se quedó perdida por el desierto. Y por más curiosidad intelectual y espíritu científico que tenga, mamá empieza a sentir que puede convivir con algunas dudas (qué hazaña lograr que mamá sienta eso). Y al final se termina olvidando de que tema estaba hablando o que había preguntado originalmente. Y ahí queda la cosa.
 
Camila. Autorretrato.

Pero no, este post es sobre mi mamá. Sobre mi mamá y la completitud. Sobre ese deseo que tiene de que no falte nada. Como si hubiera un modelo original, ella lo conociera y se limitara a completarlo. Así que ya pueden imaginar su sensación cuando papá le propuso comprar un CPU que no tenía CD rom player tan sólo porque es tendencia (consume menos, no hace ruido, es más práctico y moderno) y ocupa menos espacio... Luego de unos minutos se dio cuenta que se podía solucionar la carencia pasando el CD en cuestión a una memory stick. Pero en un primer momento, le dio una terrible sensación de falta. Y se puso a pensar en todas las cosas que les faltan a las computadoras de hoy en día comparado con las compus de hace 20 años. Y pensó en dedicarse al diseño de tecnología para hacer una compu a la que realmente no le falte nada. Que tuviera todo lo de las compus de ahora, pero también disketera 5 ¼ y 3 ½ . ¿Qué pasaría si tuvieras información valiosísima ahí? ¿Cómo la rescatarías hoy? Esta gente que cambia las cosas, no te da tiempo.   También que la pudieras iniciar en modo nostálgico y te aparecieran el chat de ICQ y de MSN, el logo, el D.O.S , el MSWord y el Lotus. Y, último pero no menos importante, que también se pudiera conectar a internet con el cable telefónico. Estas conexiones rápidas te quitan la emoción y la adrenalina. Ya no te puede suceder de chatear con ese amigo del que estás enamorada y que te diga “te…”, “te…” y eso es todo porque se cortó la conexión. Que durante esos 3 minutos eternos que tardabas en reconectarte no supieras si se trataba de un “te amo” o de un “te agradezco por el libro que me prestaste”.  

Y mamá también imaginó que se podía vender muy bien, que había todo un mercado de nostálgicos. Al fin y el acabo según un artículo de 2014 de la agencia Bloomberg la instalación de la aplicación para chatear de ICQ empezó a crecer por primera vez en años…

E incluso imagino una publicidad. Una publicidad que simplemente diga “Sientase nuevamente de 20 años”. Y que no te venda ninguna cirugía, remedio mágico ni milagro. Que te venda una computadora.        

Dibujando una casa grande para que entre la compu que va a diseñar mamá

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