lunes, 12 de enero de 2015

Para un feliz 2015 hay que saber jugar

Terminó un año y empieza otro.
Acá comparto con ustedes algunas cosas que pensé este año y que me parecen apropiadas para este momento.
Una frase que dicen que dicen que dijo Steve Jobs, se acuerdan de él? Parece que este señor dijo que pensáramos que cosas haríamos diferente si supieramos que hoy es uno de nuestros últimos días. Y que hicieramos este ejercicio por varios días. Y si haríamos muchas cosas diferentes, es señal que hay cosas que tenemos que cambiar.
Ahí se lo dije a mamá y ella está pensando que cosas tiene que cambiar...

 Y también quiero compartir con ustedes esta imagen que le mandó papá a mamá por Whatsapp. Es de Séneca, de su libro "Epistolas a Lucilo". Mamá pensó que era un texto de la Biblia, pero no está tan mal si tenemos en cuenta que los textos de Séneca son contemporáneos a los del apóstol Pablo y comparten un mismo espíritu en muchos aspectos. Juzguen ustedes. Séneca dice:
"Lo superfluo nos hace sudar; ello es lo que nos desgasta la toga, lo que nos obliga a envejecer en la tienda de campaña, lo que nos empuja hacia regiones extranjeras: lo suficiente está al alcance de la mano. Quien de buen grado se acomoda a la pobreza, es rico".
 

Y no esperarán de mí los típicos deseos de año nuevo. Esa perorata de paz, felicidad, prosperidad...
Les deseo para este año, para el resto de sus vidas algo muchísimo mejor. Les deseo inteligencia emocional. No vean las cosas como un problema, muchos menos insolucionable. Mirénme a mí. Tenía la sensación de que el mundo era mío y desde hace un año y medio tengo que compartir todo con una nueva personita:
 
Helena. Peor que cuando Coca Cola estaba tranquila en el mercado y apareció Pepsi...
 
No sólo juguetes, espacios... Se empezó a dividir la atención, papá, mamá, los abuelos. Por momentos tenía la sensación que mi mundo estaba partido en dos...
Entonces, los últimos días de diciembre decidí quedarme una semanita con mis abuelos. Y tuve nuevamente atención exclusiva, todas las miradas, regalos y un ámbito sin competencia. Y Helena, por su parte, se quedó con papá y mamá y también tuvo atención exclusiva, pudo hacer cosas que nunca había hecho como ir de la manos de papá y mamá caminando y saltando, recibió un montón de mimos. Y papá y mamá también andaban más aliviados con una sola...
 
Acuerdense que si alguien les dice que es un juego de suma cero es que no sabe jugar ;). 
 
 
Ultima selfie de 2014 con mamá.

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